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"Buscando a Nemo" de 2003 terminó de confirmar que Pixar iba en alza y Disney en baja.Foto:Reuters
John Lasseter es el jovencito sencillo que salvó el reino de DisneyEl creador de Toy Story y Cars es también el creador de Pixar y ahora la esperanza de Disney.Esta es la historia del creativo que ahora es millonario. Lasseter nos cuenta desde California el secreto de su éxito (una buena historia).
ÓSCAR CONTARDO y ERNESTO GARRATTEl séptimo arte es antes que nada un negocio y por sobre todo una industria. Más aun si de lo que estamos hablando es de un nombre como Disney, una marca que por décadas fue sinónimo de hegemonía en la animación cinematográfica. Disney roncaba en la audiencia familiar mundial. Había creado íconos universales y nada parecía poder amenazar un proceso cíclico que se repetía temporada tras temporada. Hasta que algo comenzó a fallar y otro algo se les adelantó. El ronquido fue quedando afónico frente a la arremetida de la productora Dreamworks (creada por Spielberg) y su ya clásico "Shrek" y el vertiginoso éxito de una productora que nació pequeña y en veinte años se transformó en gigante.En 2004 la situación hizo crisis en el directorio de Disney, que más tarde decidió cambiar a su presidente, Michael Eisner. Asumía Bob Iger, quien a poco de hacerse cargo del buque viajó a Hong Kong a la inauguración del Disneylandia local, en donde desfilaron los clásicos personajes del estudio del ratón Mickey. Iger no pudo dejar de notar que en el desfile de celebridades animadas no había ninguna creada por el gigante de la animación durante los últimos diez años. En lugar de eso estaban los personajes de Pixar, la empresa con la que Disney tenía un contrato de distribución, pero que funcionaba independiente del gran conglomerado.Iger vio que la situación era seria, y que la estrategia de su antecesor Michael Eisner de menospreciar a sus asociados no había sido la correcta. Pixar era un pequeño pez creativo, nacido en la era digital, que había sabido fundir buenas historias con tecnología de vanguardia. La combinación se estaba engullendo a la gran ballena de los monos de oro. Iger entonces decidió que había que acelerar las negociaciones para crecer junto con los padres de Nemo, y no quedarse agonizando con Mickey. Fue entonces cuando llamó a John Lasseter, el creador de Pixar, para hablarle de la posibilidad seria de comprar la exitosa empresa.Entenderse con Lasseter, el director creativo, y no con Steve Jobs el hombre de los dineros (que junto con ser presidente ejecutivo de Pixar es director de Apple), tenía su lógica. Jobs había negociado durante años con resultados infértiles. Una vez que Iger asumió su puesto en Disney comenzó a buscar al jovencito de la película, que definitivamente no era Jobs, sino alguien que llevaba a la misma Disney por sus venas, pues se había iniciado en la animación en la casa de Mickey. Ese jovencito (de 49 años) era Lasseter, quien a punta de talento y vistiendo camisas hawaianas se había transformado en el alma de Pixar. Finalmente la compra se llevó a cabo en enero de este año.El ciclo se cerraba y Pixar se transformaba en el salvavidas del cetáceo semivarado llamado Disney. Iger y Lasseter llegaron a un acuerdo. Disney compraba Pixar en más de 7 mil millones de dólares y dejaba en manos del director de "Cars" la dirección creativa.En sólo veinte años, una empresa que se inició en un par de modestas oficinas había logrado la conducción del más grande referente de la animación cinematográfica. Todo gracias a la constancia del hombre de las camisas hawaianas.Lasseter es, además de cofundador de Pixar, el director del más antiguo y del más reciente de los éxitos del estudio de animación digital -"Toy Story" y "Cars"-, a los que se suman producciones como "Bichos" y "Los Increíbles". Sólo éxitos que durante la última década hicieron palidecer los intentos de Disney por reverdecer unos laureles que se resecaban desde sus últimas grandes producciones: "El Rey León" (1994) y "Tarzán" (1999).La idea matriz del director de "Cars" es simple, según explica desde California: "Entretener a la audiencia, que ha sido desde siempre la idea de Disney". Lasseter es un defensor de esa filosofía, nunca leyó las diatribas de nuestro compatriota Ariel Dorfman en contra del Pato Donald: "No conozco el libro ("Para leer al Pato Donald"), pero te puedo decir que en este trabajo no hay intención de dar mensajes de ningún tipo", afirma con humor y algo sorprendido por la pregunta. Lasseter es un convencido de que sus películas no son para enseñar ni para difundir subtextos, sino para entretener. De hecho narra como anécdota su propia idea del fracaso cuando cuenta que en una visita al cine con su hijo, el pequeño en lugar de poner atención en la película -que se suponía familiar- lo miró y le preguntó cuántas letras tenía su nombre. Para Lasseter ese era el síntoma de que la cinta por la que había pagado una entrada era un fiasco, porque en lugar de atrapar la atención del niño había dejado que su mente divagara.El director de "Cars" cree que la clave está en las historias y en los personajes, respondiéndoles de esa manera a quienes critican a Pixar asumiendo que todo el trabajo lo hacen los computadores."Nuestro trabajo en Pixar -explica Lasseter- no lo comenzamos pensando en la tecnología. Comenzamos discutiendo la historia, ver cómo la desarrollaremos y sólo cuando eso está resuelto y establecido vemos qué tecnología usaremos". Para Lasseter el computador es una herramienta, es un salto tecnológico increíble que reemplaza al lápiz y el papel, pero no a la creatividad. "Lo principal es la historia y los personajes", apunta.Lasseter reconoce que la claridad sobre el objetivo de su oficio la fraguó cuando era alumno de la escuela Disney -California Institute of the Arts- a comienzos de los 80. "Quienes me enseñaron fueron los grandes maestros de Disney. Aquella época ocupa un sitio especial en mi formación". Una formación inicial que se reforzó cuando ingresó a trabajar a Disney después de pasar por la escuela.Frecuentemente, cuando se reseña la historia de Lasseter se evoca el lugar donde tuvo contactos con sus maestros que formaron el imperio y donde fue compañero de Tim Burton. También se recuerda que luego trabajó para Disney, y que después emigró a la división de Lucas Film para desarrollar sus ideas de animación digital. Lo que rara vez se ha dicho es que Lasseter en realidad no emigró por su voluntad, sino que fue despedido porque algunos ejecutivos de Disney juzgaron su entusiasmo por las nuevas tecnologías como inapropiado y no le reportaba seguridad económica a la empresa.La producción de "Tron" (1982), una especie de gladiador electrónico, llevada a cabo por una división de Disney, había entusiasmado a Lassater. Esa película (que combinaba fondos generados con gráfica computacional y actores) lo inspiró para presentar el proyecto de animación "The brave little toaster", que mezclaba animación tradicional con fondos creados por computador. Un día su jefe lo llamó y le dijo que su trabajo había terminado en Disney. Sin decirle a nadie que había sido despedido del lugar en el que había soñado trabajar de niño se fue con su proyecto a Lucasfilm. Allí la historia daría un giro.Lucasfilm ya había hecho su aporte para las ideas de Lasseter. El director reconoce que "La guerra de las galaxias" reforzó su idea de entretención familiar. El segundo aporte fue acogerlo en el equipo de Ed Catmull y Alvy Ray Smith, dos técnicos informáticos que estaban desarrollando la animación digital. En ese punto, la historia se acelera.George Lucas se divorcia, su esposa le exige dinero fresco y Lucas intenta hacer caja poniendo a la venta la división de animación digital. Lucas recurre a su amigo Steve Jobs, quien finalmente compra la empresa asociándose con Cattmull, Smith y Lasseter. Jobs, creador de Apple, nunca tuvo demasiadas expectativas en el naciente emprendimiento bautizado como Pixar (palabra que es una contracción de "pixeles", los puntos que conforman la pantalla del computador, y "arte"). Sus socios sí creían en el olfato de Lasseter. El primer corto "Luxo junior" (1986) sobre una lamparita juguetona no sólo da las primeras pistas, sino que se transformaría en el logo de Pixar que en menos de diez años gana su primer Oscar con el corto "Tiny Toy" (1988) y terminará de consagrarse con "Toy Story" (1995).Pese al injusto despido Lasseter, nunca dejó la esperanza de volver al lugar de donde naturalmente se siente parte. De hecho si se le pregunta sobre qué tienen los personajes de Pixar que no tengan los de Disney, responde sin el menor asomo de soberbia: "No creo que haya mayores diferencias entre los dos tipos de personajes. La diferencia es que nosotros comenzamos a usar un nuevo medio, la animación digital. Creo que lo más importante es hacer que la gente se entretenga".Es el regreso del jovencito que sin rencores se pone a la cabeza del reino que alguna vez lo rechazó. Un final digno de Walt Disney.Arquetipos y marketingHaciendo un recuento, desde 1995 hasta la fecha, Pixar ha logrado encabezar el ranking de ganancias disputado entre los tres grandes: Pixar, Dreamworks y Disney. Lo más llamativo es que lo ha hecho con sólo 6 películas. Los seis primeros éxitos de Pixar suman más de tres mil millones de dólares en recaudación mundial. Le siguen Disney que con 13 cintas logró 2.600 millones y Dreamworks que con 9 filmes superó "ligeramente" los 2 mil millones de dólares.Según el crítico Christian Ramírez, Pixar ha logrado una estupenda sinergia entre arquetipos y marketing. "Casi del mismo modo en que Disney lo consiguió a mitad del siglo pasado", Ramírez agrega que lo que hace más fascinante el caso de esa "era" Disney es que "apuntaba a crear una visión de mundo, y eso -en el caso de Pixar- recién se está desarrollando". En crítico agrega que "Cars" en un buen ejemplo de lo bueno y lo malo de su esquema. "Por un lado explora una suerte de realismo digital (donde los dibujos tienen una correspondencia casi calcada con la realidad) y por otro un torcido apego a la nostalgia (lo que la emparenta mucho con esta idea de la tradición, sostenida por Disney). Rara mezcla entre conservadurismo y vanguardia".Ramírez sostiene que la estética Pixar no se emparentaría con la propuesta de Dreamworks. "Éstos han optado por seguir la ruta de "El Rey León". Historias donde lo cotidiano se da la mano con la épica ("El príncipe de Egipto", "Shrek") y productos orientados derechamente al marketing ("Madagascar")". Por lo pronto habrá que ver si los éxitos de Pixar siguen con el anunciado nuevo filme. Se trata de "Ratatouille", la historia de un ratón que vive en los restoranes caros de París. Una rata exquisita.En cifras7Los largometrajes que ha producido Pixar. Todos han sido éxitos de taquilla..775Las personas que forman el equipo de Pixar.7.400Los millones de dólares que le costó a Disney hacerse de Pixar. Hace 25 años había ofrecido 50 millones.90Las horas que puede tomarle al equipo de Pixar desarrollar un cuadro de 1/25 segundos de duración.7
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