La mano británica en la TV chilena Colonia inglesa
Hace tiempo que los canales salen a comprar formatos extranjeros para adaptarlos a la pantalla local. Hay de todo, como en un mercado persa: comedias, concursos, realitys... Nuestros grandes canales apuestan por las fórmulas probadas con éxito por la BBC, el modelo más prestigioso de “televisión pública”. El próximo campo de batalla será una pista de baile
Felipe Saleh
Nación Domingo
El trato de Canal 13 con EMC, la empresa que produce y distribuye en Asia y Latinoamérica “¿Quién quiere ser millonario?, lo incluyó todo. Un equipo de técnicos ingleses aterrizó en Santiago para ayudar a que la réplica fuera exacta. En este caso, la licencia literalmente trae una “biblia”, donde están detalladas todas las instrucciones, desde los encuadres, movimientos de cámara, las risas envasadas, hasta lo que debe decir el conductor. Son tan estrictos, que el propio Don Francisco tuvo que encabezar las negociaciones que lograron cambiar “quiere” por “merece” y darle el tono solidario que hiciera sentir más cómodo al animador, eximido en esta tercera temporada de cumplir a rajatabla las instrucciones del formato.
En el éxito de la jugada, que permitió hacer algunos cambios, pesaron el prestigio del animador y la calidad en la factura técnica del programa “¿Quién quiere ser millonario?” calcado en más de 50 países. En Chile se vio igual que el original, transmitido en 1998 por la cadena británica ITV. “Cuando los ingleses vieron la versión terminada quedaron asombrados. En otros países no se ve igual”, cuenta un productor.
MÁS BARATO ENVASADO
El espacio es absolutamente rentable. Le ganó por casi un punto en el round de sintonía, el miércoles, al segundo capítulo de “Informe especial” sobre la muerte de Frei Montalva (23,3 y 22,5 puntos, respectivamente). Los números arrojan más pruebas sobre el éxito de meter en la juguera un formato probado, más la figura mesiánica de Don Francisco regalando dinero a gente de esfuerzo. Poner 30 segundos de publicidad en “¿Quién merece ser millonario?” vale 2,45 millones de pesos Es el tercer espacio más caro del canal y producirlo cuesta mucho menos que “Contacto” y “Expedición Robinson”, los dos programas que lo superan en la lista de tarifas.
Comprar los derechos, la licencia de un show que ya ha tenido éxito en otros países del mundo, es el negocio más práctico en la industria de la televisión. “Especialmente para la nuestra, que tiene excelente nivel técnico pero es bien poco creativa”, dice un ejecutivo que prefiere mantener su nombre y el de su empresa a resguardo. El secretismo en este negocio es una virtud. TVN y Canal 13 mantienen “observatorios” de televisión que persiguen todo lo que puede ser negocio. Son equipos de especialistas que analizan y discuten los programas que funcionan en el mundo y podrían aplicarse aquí.
“En los ’80 era muy fácil copiar. En Chile, nadie tenía idea de lo que se hacía afuera. Don Francisco sacaba ideas para sus concursos de los programas americanos”, dice Cristián Fuenzalida, periodista ex jefe de prensa de Canal 13. Pero en los tiempos que corren ya es imposible.
LOS EJECUTIVOS VAN A LA FERIA
La oferta es tan nutrida como una grilla de canales premium. Desde las sitcoms made in USA que vende Sony hasta el reality de la productora holandesa Endemol. Las franquicias más cotizadas de estas compañías han tenido su versión chilena. Pero con distinto éxito. “Gran hermano” (Big brother), y “Trato hecho” (Deal or not deal) no funcionaron con toda la potencia que tuvieron en otros países. Los negocios donde se transan licencias y derechos de adaptación se concretan en una pasada por alguna feria de televisión, como la Brand License 2006, programada para octubre en Londres. Otra es la feria de la National Association of Television Program ExJecutives, cuya versión anual se hizo en enero de este año. En el sitio que la agrupación mantiene en Internet es posible descargar la “Pilot bible”, un documento donde se detalla a la perfección cómo armar un piloto para televisión.
Todas las grandes compañías que distribuyen contenidos o gestionan licencias tienen su filial con la sigla UK, para identificar su respectiva oficina en el Reino Unido. No es antojadizo entonces que los departamentos de programación de los canales grandes estén mirando hacia allá. Más todavía si “históricamente la BBC ha sido el referente para los canales con una misión editorial específica, como TVN y Canal 13”, dice Fuenzalida.
La marca británica, en la programación de tevé abierta chilena, tiene su antecedente más notorio en el programa de Don Francisco, cuya primera temporada se hizo en 2001. Después vino “El rival más débil” (The weakest link), otro programa-concurso conducido en su versión chilena por una robótica Catalina Pulido en 2004. Luego, el cerebro de Nicolás Quesille adaptó para Canal 13 “Under construction”, el reality show que aquí se llamó “La casa”, donde los concursantes se ganaban la vivienda que ayudaban a construir. Gracias al talento de Quesille para “marketear los programas”, este programa adaptado fue rentable económicamente. Aunque no tuvo el éxito arrollador de los primeros experimentos del género, sí dejó claro que la audiencia chilena se inclina por los “realitys con excusa”, como asegura un asistente de producción refiriéndose a las fórmulas donde los concursantes no necesariamente están encerrados, sino que generalmente son apartados de su escenario habitual y puestos en otro totalmente distinto.
Eso ha sido en parte el secreto del éxito para “Vértigo”, el programa dirigido por Juan Pablo González, también detrás de “Quién merece ser millonario” y “El rival más débil”. El heredero de Gonzalo Bertrán empezó incluyendo “Vidas cruzadas”, un segmento dentro de “Vértigo”, donde dos famosos muy distintos se cambiaban la vida por un día. La misma premisa de algunos programas ingleses transmitidos en Chile por People+Arts (filial de la BBC), como “Tu casa, mi casa”, “Cambiemos esposas” o “No te lo pongas”. En la industria se comenta que “González ha tenido el acierto de incluir elementos de ‘reality soft’ (reality blando), no tan agresivo como ‘Gran hermano’ o incluso ‘El rival más débil’, que a mucha gente no le gustó porque la conductora trataba mal a los concursantes eliminados”, comenta un ejecutivo de la competencia.
NOS VEMOS EN EL BAILE
Un poco atrás se ha quedado TVN. El canal público se ha inspirado para gran parte de su programación en adaptaciones de franquicias extranjeras. Su experiencia con los contenidos británicos, sin embargo, no ha sido igual que la del canal católico. TVN compró el “derecho de inspiración”, una opción más barata y menos rígida que comprar el molde del programa, para hacer “Chile elige”, basado en “Great britons”, emitido en el Gran Bretaña en 2002. En la isla, este show generó un debate nacional que culminó con la elección de Winston Churchill como “el mejor británico de todos”.
La versión local, conducida por Karen Doggenweiler, busca elegir al mejor de los nuestros en cada área, desde humoristas a teleseries. Pero el formato no ha logrado la penetración que se esperaba, e incluso ha generado cierta incredulidad a partir de que “Los Pincheira” fue elegida como mejor teleserie y “Rojo” el mejor programa de televisión de todos los tiempos. El people meter ha marcado en torno a los 13 puntos, dándole la victoria a “Huaiquimán y Tolosa”, la serie de detectives adaptada de un formato argentino. “Es el riesgo natural de cualquier formato; aunque las audiencias son transversales y se parecen bastante, puede que en algunos casos no resulte”, dice Cristián Fuenzalida.
A pesar del éxito relativo, TVN lo intentará de nuevo con la fórmula británica. En el departamento de producción trabajan a toda máquina traduciendo el manual de “Strictly come dancing”, el programa en el que famosos de todos los ámbitos bailan con concursantes asesorados por un coreógrafo. El proyecto estaba “estancado”, según dicen en la estación pública. Eso, hasta que Canal 13 anunció con mucho ruido que prepara una adaptación similar y que ya tiene participantes: Sergio Lagos en la conducción, Marlén Olivarí y Rocío Marengo en el jurado. El equipo realizador es el de Juan Pablo González, el mismo de “Vértigo extremo” y las demás adaptaciones británicas en la pantalla local.
En Televisión Nacional reconocen que “el programa es caro, porque hay que pagarle a los famosos y a los coreógrafos, pero se va a hacer igual”. De concretar el proyecto se ocupa el equipo de Eduardo Domínguez, responsable de la factoría “Rojo”, secundado por Nicolás Quesille, que se instaló en Bellavista 0990 hace dos semanas. El canal quiere sacar su estelar de baile antes que la competencia.
En Canal 13 se frotan las manos pensando en el futuro, envuelto en la niebla inglesa. La productora Nueva Imagen ya hizo un piloto en Viña del Mar para “Cambiemos esposas” (Wife swap), el programa que transmite People+Arts y que ya tiene versiones en Argentina y Brasil. La estación católica realiza el casting entre “familias especiales” cuyas madres se intercambian por una semana. Morbo flemático al estilo inglés. LND